SÍ
[Ander Restoy] A decir verdad no es algo en lo que uno quiera creer, pero a veces hay situaciones, hechos que dan que pensar. Y si nos paramos a observar los partidos de los dos equipos de los que hablamos, alguna que otra cosa sospechosa hay. Quizá algo menos en el de Anfield, aún a pesar del regalo de Gerrard a Drogba y la relajación que mostraron los jugadores ‘reds’ en varias fases del partido. En cambio, en el partido de Roma la pasividad ‘lacial’ fue extrema, llegando al punto de terminar el partido con sólo dos faltas en su contra pitadas. El Inter no necesitó de demasiado esfuerzo para llevarse el partido, algo que deseaba la afición local. Una hinchada que llegó al punto de celebrar con especial ansia los goles interistas y que sacó a relucir alguna que otra pancarta dejando caer que mucha tristeza por la derrota no sentían. Y hablamos de una Lazio que se juega la vida. Porque en Liverpool, con una hinchada dividida entre la victoria o el dejarse ganar, hasta puede entenderse que se llegue a desear algo así con tal de que tu máximo rival no gane el título, haciendo tu mal año más llevadero.