21 de marzo 2004. Un joven de veinte años está a punto de debutar con el que ha sido el equipo de toda su vida. Para rebajar la tensión que cargaba el ambiente su entrenador le pide que cuente un chiste a sus colegas. Los jugadores acaban riendo y aplaudiendo el chiste de su compañero. En menos de dos años ese chico se convirtió en uno de los mejores zurdos del país. Su nombre era Antonio Puerta.
Hoy, hace un año que el eterno número 16 del Sevilla murió. Un jugador convertido para muchos en leyenda tras su fallecimiento y admirado en vida por los entendidos del fútbol. Él fue quien abrió con su gol ante el Schalke 04 el camino hacia la gloria de los del Sánchez Pizjuan, hasta convertirse en el equipo más laureado de los últimos años con dos Copas de la UEFA, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y una Supercopa de España.