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«En el culo de Manolo Jiménez se dan muchas patadas que se le quieren dar a otras persona.»
Manolo Jiménez rabioso
tras la eliminación
de Champions.
«En el culo de Manolo Jiménez se dan muchas patadas que se le quieren dar a otras persona.»
Manolo Jiménez rabioso
tras la eliminación
de Champions.
Encajar diecinueve goles en cuatro partidos no es algo normal. Tan poco corriente que desde la temporada 1958-1959 no sucedía algo similar. Estos días en Gijón no deben andar muy contentos con estos números y este comienzo de liga (0 puntos), a pesar de saber que sería un año muy complicado para ellos. Dos goles desde Getafe, cuatro del Sevilla, seis del Barcelona y siete goles en el Bernabéu tienen que doler.
Es cierto que los problemas defensivos son muy graves. Yendo más lejos, de persistir esta sangría defensiva la permanencia se complicará y mucho para los asturianos. Pero lo peor que puede pasar es que se enciendan las alarmas en El Molinón, deben tomarse un margen de 10-12 jornadas para ver de lo que el equipo es realmente capaz en Primera División. Cuatro o cinco partidos en septiembre no son suficientes para analizar por completo a un equipo. Y menos si en esos partidos te enfrentas a cuatro de los gallos de la liga, entre ellos Madrid y Barça.
Para el conjunto gijonés la liga debe empezar desde el mismo momento en que acaba el partido de este domingo ante el Villarreal. Esto no quiere decir que no puedan vencer a los de Pellegrini, si no que deben tomarse estos resultados con el menor dramatismo posible. Preciado debe tener tranquilidad para poder corregir los problemas en los que se ha visto el equipo y sobretodo debe transmitir esa tranquilidad al grupo.