Las declaraciones que realizó el pasado sábado el jugador del Athletic Fernando Amorebieta expresando sus intenciones de atender a la llamada de la selección de Venezuela en vez de esperar una posible convocatoria española han creado algo de revuelo. No mucho, al fin y al cabo no parece un jugador clave en el futuro de ‘la roja’, pero sí lo suficiente como para que haya sido motivo de tertulia en diferentes foros.
Muchos dicen que busca provocar una atención rápida desde la selección española. O lo que es lo mismo, quería ser convocado en la lista que ha dado en la mañana de hoy Vicente del Bosque o en alguna de las próximas citaciones. Puede que algo de ello exista pero no es ni de lejos el único de los motivos por los que el central rojiblanco ha dicho esas palabras.
Han tenido que pasar años y años para que todo un país pudiese por fin celebrar la consecución de un centro mundial de fútbol. Años de decepciones que llevaron a considerar este campeonato como una zona vetada para España. Años donde los cuartos de final eran la ronda más odiada debido a sus múltiples dolorosas derrotas. Años donde la frustración de ver cómo en muchas ocasiones España se veía apeada habiendo sido superior gracias unas escandalosas actuaciones arbitrales. Años donde el grito común estaba referido a las madres ajenas. En resumen, años de eternas y profundas decepciones.
Gracias a Dios todo este negativismo ya es historia. Desde la Eurocopa celebrada hace dos años en Austria y Suiza España es la que domina el fútbol por selecciones. No hay nadie que les haga sombra. ‘La Roja‘ es el combinado perfecto que arrasa a sus rivales, ya sean equipos que se cierran o equipos que intentan jugarle de tu a tu. Aunque lo cierto es que cada vez son más las que se dedican a cerrarse y esperar las pérdidas de España en el centro del campo para salir a la contra, clara seña de que de antemano saben que son netamente inferiores.
‘La Roja’ ha hecho historia. Por fin. Cuando el árbitro húngaro señalaba anoche el final del partido los millones de seguidores de la selección española explotaron en una mezcla de alegría, impotencia y rabia por todo lo pasado y, sobretodo, por sentir que este es su año.
Son muchos Mundiales de sinsabores y disgustos, de trayectorias a medio camino, finales injustos e inesperados. Todo eso anoche quedó atrás. Hace pocos días que los 23 mundialistas y todos los aficionados se desquitaron de ‘la maldición de los cuartos de final‘ al superar a Paraguay, porque no olvidemos que cuando un país juega lo hacen todos, desde el portero hasta el hincha del pueblo más remoto que se sienta 5 minutos antes para ver el encuentro entre nervios.
Lo que aconteció anoche en el partido de España-Paraguay de Cuartos de final es una de esas historias para contar por lo increíble que pareció. Una locura que hizo que un ‘muermazo‘ de partido pudiera cambiar en apenas uno o dos minutos, y que sin embargo dejó las cosas igual: en ‘cerocerismo‘, como diría el actual entrenador del Getafe Michel.
Y es que los comentaristas y casi toda España aún se está preguntando por qué mandó repetir el colegiado guatemalteco la pena máxima. Y yo desde aquí voy a intentar abrir un poco los ojos a los forofismos que hay desde los comentarios televisivos. ¡El penalti se tenía que haber repetido! No, no me he vuelto loco… ni siquiera creo que el penalti que anota Xabi Alonso merezca el castigo, pero la cosa viene de antes, de un minuto atrás.
Entrevista al 54 veces internacional Rafael Alkorta en la que nos cuenta su experiencia en los Mundiales de Italia, EE.UU. y Francia. El ex jugador del Athletic Club y el Real Madrid muestra su total confianza en la Selección española y como su camino no terminará en cuartos.
“Lo peor no es la derrota, es la imagen que dejamos, las sensaciones con las que nos vamos”. No recuerdo haber escuchado esta frase en el día de ayer ni tras la derrota de España ante Suiza. Quizás no sea necesaria o incluso demasiado alarmista. Pero es una frase tan manida y socorrida en esto del balompié que escucharla no hubiera sido del todo extraño.
Sí, admito que es algo exagerado ya que la ‘roja’ no hizo un partido horrible. Pero la verdad es que no jugó del todo bien. Tocar, tocar y tocar no siempre equivale a jugar bien porque recordemos que jugar bien no es jugar bonito exclusivamente, o combinando o…, no. Jugar bien suele ser hacer las cosas correctas para doblegar a tu adversario, acertando en las decisiones tanto en el campo como desde el banquillo. Basta ya de unir y monopolizar el jugar bien con el jugar bonito
El pasado miércoles, nuestros compañeros Ander Restoy e Iván Herce estuvieron debatiendo en el programa especial de ‘La Otra Actualidad’ sobre el Mundial 2010 con Ander Carazo como presentador. También contamos con la opinión de Xabier Azkargorta, Patxi Herranz, Iker Alava, Javi Ortiz de Lazcano, Juanma Mallo y Rafael Alkorta.
Tras la primera jornada del Mundial pocos son los que se resisten a hacer un pequeño análisis de las selecciones. Un servidor les va a ofrecer una pequeña visión de tres selecciones que han hecho bien las cosas y tres que tienen que mejorar. Todas menos una son ‘blue chips‘ que tienen todos los ojos encima. Dentro de este análisis no están incluidas selecciones como Argentina (ciertamente ofrecieron una buena imagen si se tiene como punto de partida el clasificatorio) o Italia (siguen en el mismo plan de siempre consistente en dar el 100% cuando toca) pero en posteriores ediciones seguro que salen si siguen en esta tónica.
SUBEN
ALEMANIA: Los teutones son probablemente el único equipo de los teóricos favoritos que ha demostrado cosas para seguir teniendo esa consideración. Es cierto que su rival era bastante endeble, y además jugaron bastantes minutos con diez por la expulsión de Cahill, pero eso no quita que la ‘mannsachaft‘ mostrase una fluidez muy importante en ataque. Los Podolski, Klose, Müller bailaron perfectamente al ritmo que impuso Mesut Ozil. El jugador del Werder Bremen dio todo un clinic en cuanto a visión de juego y asistencias. Tiene todos los boletos para ser una de las grandes sensaciones del Mundial. Si a un gran ataque le sumamos una férrea defensa tenemos un candidato a grandes cotas. El único pero que se le puede poner, siendo un poco tiquismiquis, es que la pareja de mediocentros (Schweinsteiger y Khedira) no son de totales garantías.
“El deporte es más poderoso que la política para derribar barreras raciales. Tiene el poder para cambiar el mundo y unir a la gente que apenas tiene nada”, proclamó Nelson Mandela. Un partido de rugby es el momento más trascendente de la historia de Sudáfrica. Un país que hasta 1994 estaba legislado por el apartheid, que establecía zonas delimitadas para blancos y negros: escuelas, hospitales, autobuses y el deporte, que tampoco escapó a las divisiones raciales.
Hoy se cierra el círculo que se empezó a trazar en 1995 con la organización del Mundial de rugby, que además ganaron. El deporte de los blancos, símbolo de la opresión y que Mandela supo utilizar como elemento de cohesión. En ese equipo había un negro, Chester Williams. En los Bafana Bafana, la selección de fútbol del país, hay un blanco, Mathew Booth. El jugador más querido por los aficionados. Las similitudes se quedan ahí, porque parece complicado ver a los sudafricanos más allá de los octavos de final.
Si usted apuesta un euro por Honduras como ganadora del Mundial, se llevaría 1.000 euros. Sólo aquel que se juegue su dinero por Nueva Zelanda y Corea del Norte, se embolsaría más de obrarse el milagro. Ni el menos cuerdo piensa que el 11 de julio las calles de Tegucigalpa se vestirán de gala para recibir la Copa del Mundo, aunque tampoco se la puede descartar y dejar de lado.
La ‘H’ ha acabado en Sudáfrica por cosas de la fortuna. En el descanso de la última jornada, Costa Rica ganaba a Estados Unidos por 0-2, mientras Honduras no pasaba del empate ante El Salvador. Los ‘ticos’ ya preparaban sus pasaportes para cruzar el ‘charco’, pero los ‘yankis’ le dieron la vuelta al partido en una segunda parte en la que los de Renê Simões se echaron atrás. Bradley y Bornstein, en el minuto 94, consiguieron darle la vuelta al partido. Los ‘catrachos’ no desperdiciaron la oportunidad y un gol del veterano Carlos Pavón les bastó para clasificarse para su segundo Mundial.
ALEMANIA: Los teutones son probablemente el único equipo de los teóricos favoritos que ha demostrado cosas para seguir teniendo esa consideración. Es cierto que su rival era bastante endeble, y además jugaron bastantes minutos con diez por la expulsión de Cahill, pero eso no quita que la ‘mannsachaft‘ mostrase una fluidez muy importante en ataque. Los Podolski, Klose, Müller bailaron perfectamente al ritmo que impuso Mesut Ozil. El jugador del Werder Bremen dio todo un clinic en cuanto a visión de juego y asistencias. Tiene todos los boletos para ser una de las grandes sensaciones del Mundial. Si a un gran ataque le sumamos una férrea defensa tenemos un candidato a grandes cotas. El único pero que se le puede poner, siendo un poco tiquismiquis, es que la pareja de mediocentros (Schweinsteiger y Khedira) no son de totales garantías.
Pegado al palo 